Con la brisa del norte te presentas tras superar cordilleras y montañas. No podemos escapar de ti. Nos atraes como el nectar a la abeja. Blancas son tus palabras y heladora tu presencia. Imposible resistir a tu seductora belleza. Me postro ante ti, caigo rendido a tus pies. Dejame susurrante tu canción de invierno al oido.